sábado, 13 de marzo de 2010

Noche

El sol cede su paso a la oscuridad, brillantes ojos que parpadean obsevan la aparente tranquilidad, testigo siempre la solitaria luna, el dulce sueño en su regazo acuna.
Irrumpen rayos, truenos de fuego, nubes y llanto de soledad. Lluvia e invierno destierran los rastros de claridad.
Aunque ya el miedo por la ventana se quiera entrar, la noche oscura extrañamente, solo adormece para soñar. Cierra los ojos olvida todo, ya pronto amanecerá, recuerda siempre que con el tiempo la luz del sol, todo iluminara.

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