lunes, 15 de marzo de 2010

El Escritor

La luz tenue de la lampara, sobre el escritorio, parpadea constantemente, mientras el escritor exprime las palabras para contar su historia, (o tal vez la historia de alguien que en una noche de melancolia se la conto mientras bebia un brandy),una a una teclea las letras en la vieja maquina de escribir que heredo de su abuela, el sonido hace eco en aquella habitacion repleta de libros, apuntes, servilletas a medio doblar que albergan el principio de un poema, quiza aquel que escribio cuando observaba a dos enamorados en el restaurant en la cima de la torre Eiffel, (porque dicen por ahi que es imposible estar en Paris y no sentir el amor en el aire).
Detiene por un momento su frenetica tarea, un ruido lo distrae, hace un esfuerzo sobre humano y se asoma a la ventana, es la lluvia que viene a limpiar las calles en esta noche estrellada, ve alrededor, muchos seres caminan, vienen y van por aquellas aceras, los autos tocan sus estridentes bocinas, los perros hurgan entre los restos de alimento que alguien dejo, una danza colorida se empieza a realizar, son los paraguas y los pasos raudos de quienes huyen de la tentancion de danzar bajo la lluvia. El vuelve al escritorio de pino, junto a su fiel compañera aquella maquina de escribir, que no lo abandona, la que guarda los secretos, las historias, los sueños, a la que se niega renunciar por aquella fria computadora con la que no podria escribir mientras contempla las estrellas en un bosque lejano, bajo la luna llena una noche de verano, en medio del desierto o sentado frente al mar... retoma su tarea porque aun tiene mucho por contar, se siente como el ventrilocuo que toma entre sus manos al muñeco inerte y logra darle vida con su propia voz... las manos incansables, las teclas imborrables se fusionan con complicidad absoluta, para hacernos reir, llorar, cantar y vibrar, pacientes esperaremos aquello que el ESCRITOR pronto ha de publicar.

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