viernes, 15 de abril de 2011

Entre el Ocaso y el Alba

Andaba a tientas, guiada únicamente por el instinto salvaje que aun guardaba del recuerdo de sus antepasados, encontró un cómodo tronco para descansar, fue cuando vio la luz brillar, el día había llegado, el viento traía consigo una voz que venía con un interminable desfile de palabras, que se atropellaban una tras otra; el sonido llego a sus oídos como dulce cantar, le causaba tantas sonrisas, le contaba de historias que ocurrieron en tiempos remotos, de personajes que ambos compartían en su imaginación, ella deseaba que las agujas del reloj detuvieran su caminar, pero el tiempo infatigable caminante no se detuvo, el día cedió paso a la noche y el encantador sol tuvo que marchare con la promesa que pronto volvería, al oír perderse a lo lejos sus últimas palabras, un nuevo ser se abrió paso en la oscuridad, tan misterioso, tan sigiloso, tan extraño, pero con algo en su mirada que le recordaba tanto a ella misma, se veía tan absorto en sus pensamientos y tan claro en sus deseos, la tomo de la mano la llevo por nuevos caminos, viajaron a mundos de hadas y duendes, recorrieron océanos y bosques a la luz de la luna, compartieron cantos con animales que rinden honor a la noche, las palabras se ausentaron pero nadie las extraño, pronto la claridad del amanecer daba sus primeros pasos, fue cuando el extraño ser con nostalgia en los ojos, desapareció en la niebla de la mañana.

Ahora ella se debatía entre el misterio de la noche y la alegría de la mañana.

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