Recoge los pasos que dejo perdidos en aquel bosque, la noche en que la luna se fue en busca del sol, mientras el cielo lloraba su ausencia y las gotas de lluvia humedecian, en un llanto pausado, la tierra donde se marcaban sus huellas. Vuelve a mirar la unica estrella que guia el camino, la oscuridad danza alegremente porque no hay quien le impida reynar, parece que da vueltas en el mismo lugar, pero los antiguos guardianes del bosque, aquellos cuyo tronco se muestra fuerte, desafiante y sus hojas fragiles, alegres al seguir el compas de los vientos del Sur, la acompañan, la observan, le permiten reposar, alimentan ese cuerpo que siente perder las fuerzas, con sus frutos y esa alma que se niega a renunciar, mientras afina el oido y sigue sus voces ... Una tenue luz, lucha por mostrar su esplendor, se acerca a ella mientras huye de su presencia, vuelve a intentarlo, la toma entre las manos, susurra timidamente una cancion, de pronto pequeñas luces alrededor la sorprenden, la ciegan,la elevan,la llevan a la copa del arbol mas viejo, y la dejan alli, se alinean frente a ella, su canto se oye en el eco de las distantes montañas del Este, solo quieren que la luna vuelva a brillar, pero ella aun en su busqueda, distrae su tarea un momento, mira hacia atras, oye lejanos murmullos que la llaman e hipnotizan, sabe que el sol siempre volvera cada amanecer y por un instante magico lo vera a los ojos sin importar donde este, aunque tenga que volver a partir cuando el asome sus primeros rayos, lo duda, lo piensa, lo sabe, tiene que volver, lucha con la oscuridad la destierra, y ella vuelve a ser la reyna de la noche.
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