Si uno escribe en el viento, el otro lo hara en el mar, si uno guarda silencio, el otro no dejara de hablar.
Pero al caer la noche, cuando el ruido ya no aturde, y los seres se despojan de la piel de la mediocridad, aquellas almas se reflejan, sin palabras, sin lamentos, sin mas nada que reprochar, es alli cuando aparece la verdadera simplicidad, las palabras dejaran de resonar, los ecos de las auras cristalinas iluminaran todo el lugar.
Pronto volveran a despertar, viendo aquella extraña realidad, son tal para cual, aunque a veces no se puedan soportar...
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